Una carta

   |   14 minute read   |   Using 2840 words

Parece como si hubiera sido ayer el día en que simplemente la vi en clase y decidí que me gustaba. Si, es curioso, según imperfecta memoria, ese primer día, lo decidí.

Esta es una carta que quiero que lea en algún momento, no necesariamente para ganar su amor o algo, sino para que sepa la verdad que ha estado en mi cabeza desde hace un buen tiempo. Esta carta es más para mi que para ella, es un recuento de lo que ha pasado estos últimos años.

Cómo iba diciendo, al principió trate de hacerme presente de maneras muy sutiles. Unas preguntas en Ask, un tweet hablando de algo que le gustara a ella. Y como es lógico, nunca sobresalí ni tuve oportunidad para hacer algo. Alguna vez llego a saber que era yo la persona de las preguntas en Ask, pero nada salió de ahí, solo termino siendo un pequeño intercambio de mensajes y algunos otros que nunca fueron contestados. Aunque ella lo niegue, desde que la conozco siempre ha habido 1000 dudes que están buscando tener algo con ella, me parece que esto es porque la obviedad lo buena que es. Después de un corto tiempo, me enteré que tenía novio, lo que finalmente me permitió un poco liberarme de esas sensaciones, no sin antes haber sufrido por esa perdida de lo que nunca se tuvo. Quizás sea un cobarde, pero la idea de dejarla en su felicidad fue lo que me motivó a tratar de dejarla atrás.

Así se fueron los años de mi carrera, en los que tuve más cosas en que pensar, la vida sigue y no te espera. Los otros posts en este blog son la prueba de ello, ya que no fueron para ella. Terminé mi carrera y la vida adulta me dio más que hacer y pensar, el trabajo es algo que inevitablemente va a ocupar el espacio en tu cabeza de una manera u otra. En todo ese tiempo, salvo la rara mención por parte de mis amigos, la perdí de vista. Se que en su infinita sabiduría, ellos trataron de ayudarme plantando ahí una idea de mi, entre todo el relajo que echaban con ella cuando les tocó una clase juntos. Pero fuera de eso, las interacciones, los pensamientos y cualquier ilusión, fueron hacia 0. Ella estaba feliz por lo que sabía y yo estaba feliz por eso y por sacarla de mi pensamiento.

Después de otro año aproximadamente, uno de mis amigos me etiquetó en una publicación de Twitter en la que ella pedía ayuda para algo relacionado a mi área. Gentilmente, mi amigo me sugirió para ayudar, y aunque no sabía nada de los específicos, decidí tratar darle una mano con el trabajo. Dudo que haya sido útil, pero ahí empezamos a platicar y honestamente para mi fue algo mágico, el entendimiento que tuvimos fue algo de otro mundo (al menos para mi) y a pesar de que sabía que estaba con su novio, disfrutaba mucho las conversaciones. Simplemente no me hacía ilusiones.

De todas formas, me contó de su vida y de la gran oportunidad que había conseguido para seguir con su educación. Me recomendó tomar el mismo camino, cosa que no había considerado antes, pues mi idea profesional no requería tomar ese camino en absoluto. Me sentía satisfecho con el conocimiento académico que había adquirido en mi carrera, pero sus palabras me hicieron considerar la opción. Apliqué y recibí la misma oportunidad, la cuál finalmente decidí tomar; quiero aclarar que al final las razones fueron mías y lo decidí tomando en cuenta principalmente como iba a afectar mi vida y mi futuro profesional, pero mentiría si dijera que la idea de verla e interactuar con ella no tuvo impacto en mi.

Al tomar está oportunidad, me encontré con retos que había estado evitando en mi vida adulta y debo decir qué el querer mostrarme una persona más completa ante ella me ayudó bastante a perseverar en ellos cuando las cosas se ponían un más difíciles. Le agradezco su tranquilidad y su confianza en mi al básicamente exponerse a un conductor nuevo en un viaje relativamente complicado y peligroso. Le agradezco su paciencia en esas horas en las que estuve siendo una bola de nervios e incluso las veces después cuando me equivoqué.

Después de eso, nuestra amistad floreció incluso más, los viajes que tomábamos juntos eran una luz en el nuevo ambiente en el que me encontraba. Honestamente no me estaba agradando demasiado lo que hacia, pero una vez empezado, creo que lo adecuado es terminarlo. Dentro de mi me seguía diciendo de la imposibilidad de cualquier cosa entre nosotros, ella seguía en una relación de 5 años y pues, si ella estaba feliz, por mi mente no iba a pasar un pensamiento de arruinarle esa felicidad. Me sentía contento con recibir esa atención que ella me daba y con tener una persona con la que poder platicar honestamente.

Sin embargo, terminando ese primer semestre, las cosas cambiaron. En un inesperado giro del destino (al menos para mí), ella termino su relación. Cuando me lo contó, trate de ser discreto y de estar ahí para ella. Traté de darle su espacio porque parecía devastada, dejamos de hablar algunos días y aunque me sentía mal por ella, tampoco puedo negar que una parte de mi estalló en felicidad ya que de nuevo existía esa posibilidad de estar juntos. Si no fuera por mi naturaleza cautelosa, probablemente hubiera tratado de hacerme presente lo más posible y de ser el siguiente, justo en ese instante. Sin embargo, sea la cobardía, la cautela o la estupidez, decidí darle su espacio. Me dí cuenta que la quería tanto que no iba a arriesgarme a dañarla en lo más mínimo si podía evitarlo, no quería ser un rebote para ella. De alguna manera quería (y todavía quiero) que ella me quisiera tanto como yo a ella y que no fuera forzado en lo más mínimo.

Después de un par de invitaciones a salir rechazadas, mantuve mi posición de darle su espacio. Sin embargo, más temprano que tarde de lo que yo esperaba, ella ya tenía muchos pretendientes y por lo que sabía, les estaba haciendo caso.

Tristemente, desde que eso pasó, la comunicación que tenímos se redujo de manera sustancial, por x o y razón dejó de ir conmigo a la escuela tanto y aunque los mensajes que nos llegabamos a enviar son mas cálidos, son menos ahora. La inhabilidad de hacerme presente en su vida, de ser alguien importante (al menos en mi propia percepción), me hizo mantuvo alejado más de lo que yo hubiera querido. Aunque la seguía viendo de vez en cuando, los viajes no se sentían iguales, ella estaba mas ausente que antes, escuchando su música por separado.

Sin embargo, uno de aquellos días atrapados en el tráfico, me hizo una pregunta. ¿Conoces a Fulanito?, ¿Qué te parece? me dijo. Ciertamente conocía a Fulanito, se me hacía una persona decente, un amigo de esos no realmente cercanos, pero con el que podía pasar platicando un rato sin problemas. Deducía lo que iba a decirme después, pero dentro de mi honor/estupidez, me dije a mi mismo que no iba a echarle tierra a un competidor. Me limite a comentar que lo conocía y que se me hacía una persona decente, a lo cual ella empezó a describir que desde años antes había tenido un crush en el y que iba a empezar a hablarle. Mi corazón quedó mortificado ante esto. Mi respuesta correcta probablemente hubiera sido “No soy imparcial en este tema, no puedo darte una opinión honesta”.

Me costaría trabajo creer que en ese momento, o más aún este momento, ella no se hubiera dado cuenta de lo que siento. No me considero una persona inescrutable, al contrario, me considero alguien que en el momento no sabe disimular sus emociones en las acciones o gestos que hace. No recuerdo a la perfección la plática que siguió a eso, pero estoy muy seguro que el silencio y mis gestos mostraban el pesimismo y la tristeza que estaban pasando por mi mente. Soy un libro abierto en ese aspecto.

Un par de semanas después, bing, bang, había una nueva pareja en el panorama, y lógicamente, yo no estaba en ella. Sus fotos juntos me causaban un dolor, una rabía intensa contra mi mismo, ¿qué tal si hubiera tratado de estar mas presente?, ¿qué tal si le hubiera hechado tierra cuando me pregunto de el?, ¿qué tal si no hubiera sido tan cobarde y le hubiera dicho lo que sentía (y aún siento) en ese momento?.

Facebook y Twitter saben mucho sobre tí, saben quien te importa, saben con quien hablas y saben los perfiles de quienes revisas. Usan ese conocimiento para mostrarte la información de esa persona en cuanto entres, para que te quedes un rato más y decidas seguir volviendo. Las dos redes sabían quien era la razón mas grande para seguir abriendo sus sitios, lo siguen sabiendo, y de manera acorde, decidían mostrarme todo de ella primero. Cuando vi la relación, fue suficiente para que dejara de usar esas redes en el momento. Ya había estado en un camino de alejamiento de las redes sociales por motivos más prácticos como la duración de la batería de mi celular, pero si el abandono era una carrera de 100 metros, esas fotos y esa relación fueron los 80 que me faltaban.

De nuevo esa dualidad estaba apareciendo de nuevo. Por un lado me hacía feliz que ella estuviera feliz, pero por el otro estaba ese dolor de que no era yo el que la hiciera feliz. Solo que esta vez, el dolor iba ganando. Las cosas habían cambiado mucho en esos 5 años, ya no solo era una chava de la que me había estado embelesado a la mitad de mi carrera solo porque si, ya la conocía bien como persona y aunque no creo saber lo que es verdaderamente amor, creo que lo que lo que ahora tengo por ella es lo más cercano que he tenido a ese concepto.

Así paso la primera mitad de este año, ella con su novio, nosotros con la comunicación reducida y básicamente fuera de la vida del otro. Ya habíamos comentado que ella se iba a ir fuera del país por un tiempo para seguir con sus estudios y dentro de mi, decidí salir con ella y contarle todo esto, cara a cara, antes de que se fuera. No podía soportar tener eso más dentro de mi, o al menos eso pensaba. Conforme fue pasando el tiempo y esa fecha acercandose, la resolución en mi fue desgastada de poco en poco hasta que no fue lo suficiente. El poco contacto fue ayudando mucho con eso.

Cuando estaba muy próximo el día de irse, ella misma fue la que me invito a salir, porque quería verme antes de irse. Acepté y a pesar de que el lugar era idóneo, no me pareció la ocasión adecuada para ello. Pasamos un momento muy bueno, pero no hice que pasara nada. Me dí cuenta de que tal vez si soy importante para ella, pero no de la manera que yo quiero.

Estos últimos meses fueron aún mas raquíticos en comunicación de lo que ya había sido el resto del año. Las promesas de hablar y estar presentes nunca fueron cumplidas, no se si por mi tontería, mi apatía o la de ella. Hasta hace poco me entere de que había cortado con su novio, por una tercera persona que se lo comentó a uno de mis amigos. Oficialmente yo sigo en la oscuridad.

Y bueno, esto nos lleva al presente, a lo que esta pasando ahora y a todo lo que me provoca escribir este discurso. Ella esta de vuelta y yo pues, estoy confundido.

Tengo un problema al expresar a las personas cuanto me importan, me parece que en mi vida no le he dicho un “te amo” cara a cara, ni siquiera a mi familia cercana. Un “te quiero” es algo a lo que le doy un peso enorme, y se que para la mayoría de las personas no es así.

Mis sentimientos hacia ella son complejos. Llevo bastante tiempo escribiendo esto, de una manera u otra, las palabras no me son suficientes para explorar completamente lo que siento. Unos días me llega un impulso gigante de hablar, hacerme presente y lograr mi meta de estar con ella, mientras que otros me da un sentimiento de que cualquier cosa que pueda intentar es fútil en el gran esquema de las cosas, que ella ya me descartó como posible pareja desde hace mucho. Y otros días me ha dado una rabia sobre toda la situación. He visto como se queja de varias cosas, como sufre por situaciones de las que yo no sé y me enoja el no poderla ayudar.

Sus pocos mensajes y la falta de respuesta es algo con lo que he estado lidiando mucho. Me enoja y me entristece que básicamente he estado en “visto” está última temporada, y de verdad me enoja más el sentirme así. Ella no me debe nada ni yo a ella, no somos nada y no me debería de sentir entitled a una respuesta, pero por alguna razón me pasa.

No me gusta la situación porque no me parece justo para ella. Tratar de obtener sentimientos a la fuerza no es algo con lo que esté de acuerdo. Mi estúpida justificación de escribir esto es que por razones fuera de mi control, cuando ella estaba celebrando, yo quería celebrar con ella, cuando falleció mi abuelo, la única persona que quería que supiera de mi era ella. La única felicitación de Navidad, de año nuevo, de mi cumpleaños que me importaba era la de ella. El recibirlo o no era lo único que iba a cambiar mi humor.

Estás situaciones honestamente me han puesto más triste de lo que considero adecuado, los pocos mensajes que hemos llegado a intercambiar los he sentido más agridulces de lo que considero bueno. No quiero terminar resintiendola a ella o quedándome con la amargura que he estado sintiendo. Por eso público está carta, aunque aún es algo de cobardía por no decírselo directamente.

Y entiendo su posición, o al trato de hacerlo. Se que todos tenemos 1000 cosas pasandonos por todos lados. Lo que menos quiero yo es molestarla, y por eso no he tratado de hablar con ella esté último mes. Quisiera ser su roca, pero no lo veo muy posible. Es posible que ella ya haya desechado la idea de estar si es que alguna vez la tuvo. No la puedo culpar, hay 1000 razones por las cuales no soy la mejor persona para salir, pero en este momento lo único que tengo para ofrecer soy yo, con todos esos defectos. Y si de algo sirve, se los ofrezco se corazón.

Durante bastante tiempo desde que he empezado a conocerla, he tenido pensamientos constantemente en los que analizo y estudio todas las formas en las que no somos compatibles, en las que las pelean van a surgir, en todo eso que tarde o temprano va a ser un problema o en todas las formas en la que está situación va a terminar mal. Creo que es un sistema de defensa en el que trato de evitar ilusionarme porque muchos signos me apuntan a qué esto no va a pasar nunca. Y lo más irónico es que no puedo decir si se sos signos son imaginados o no. Desafortunadamente no puedo ser imparcial o racional cuando pienso en nuestra situación.

No se que va a pasar cuando ella lea la carta. En mis sueños ideales recibiría una llamada diciéndome como se ha dado cuenta de que soy lo que ella necesita y que quiere empezar algo. Pero esa no me parece una situación muy probable. Cuando menos esperaría un mensaje reconociendo eso y explicando que no me ve como nada más. No es algo que me gustaría, pero es algo con lo que puedo vivir, no la trataría de eliminar se mi vida, al contrario, siempre que lo necesite yo respondería, pero debo se decir que probablemente, por mi propio bien, me alejaría un poco. Que, a decir verdad, ya es lo que está pasando.

Uno no necesita de nadie en específico para poder vivir. Se puede superar cualquier tragedia amorosa como uno se recupera de cualquier otra tragedia. Ciertamente puedo vivir sin ella, pero al menos ahora, la quiero en mi vida, la quiero conmigo.

Hay tanto más que se podría escribir, cada día podría agregar lo que me vino en el día por ella, pero esto terminaría aún más como una divagación de un loco de lo que ya es.

Creo que al final, el objetivo de esta divagación es más que nada para contar mi historia y pues, para decirle lo que solo he podido irle diciendo de poco en poco. Que básicamente yo quiero ser una persona tan importante para ella, como ella lo es para mi.



© 2021 by Jacob R. All Rights Reserved.