Buena sensación.
Y así como viene, se va. Esa sensación de estupidez y a la vez de una gran victoria, que es mas que eso, es un regalo por parte de la otra persona. Basta un gesto insignificante, apenas notado para que tu cerebro se ponga a hacer mil maquinaciones que tienen poca realidad y mucha felicidad. Así pasan los días, hasta que te das cuenta de que fue solo eso: un gesto. Sin embargo, esa chispita que te ataranto no muere realmente, buscas mas gestos, te fríe la falta de contacto y eso de tenerla de contacto es un arma de doble filo. Curiosamente, en este estado, recibir una ínfima reacción provoca una dicha que incita a hacer la tan llamada camaleonina (o cualquier serie de movimientos humillantes) para celebrar. Todo eso pasa en tu pequeñita cabeza mientras no tienes ni idea de si en la otra persona hay una mínima reacción que tenga que ver contigo. Mind=Blown.
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Eso señores y señoras, es lo que el cerebro desocupado puede llegar a crear en un fin de semana, ayudado por los comentarios de testigos y una gran imaginación. La pregunta que aquí me hago es “¿esto es común?, más aún, ¿esto tiene nombre?. Una respuesta que yo daría sería: estupidez. Porque si hay algo que es humano, es la estupidez. Quienes hayan respondido con “amor” no están del todo mal según lo que yo veo: la mayor parte del amor es una feliz y ciega estupidez. Lo que pasa después siempre depende del individuo, de que haga las cosas bien y de la tenacidad que este presente, siempre y cuando haya respuesta del otro lado.
Así que si les ha pasado, no desesperen mis amigos, el tiempo lo aclara todo.